A la comunidad,
Como Asociación de Académicos y Académicas de la Universidad de Concepción, queremos enviar nuestras sinceras condolencias a los familiares y amigos de los estudiantes asesinados durante la jornada de movilización del pasado 14 de Mayo. Diego Guzmán y Exequiel Borvarán fueron dos jóvenes que, como tantos otros, salieron a la calle para manifestar su deseo de transformación de la educación chilena y de la sociedad en su conjunto, enarbolando la bandera de la educación pública, gratuita y de calidad como premisa fundamental para el avance integral de los y las chilenas y chilenos.
El acto brutal del cual fueron víctimas por parte de otro joven, representa el desgaste en el cual se encuentra nuestra comunidad, en la cual la protección de la propiedad privada induce acciones que pasan por alto la dignidad y la vida misma. Este asesinato es un reflejo de como el deterioro cultural al cual se ha sometido a la población chilena termina por explotar en violencia injustificada, en dónde el individualismo termina por destruir la convivencia, el respeto y la empatía entre los integrantes de la comunidad.
Este repudiable acto debe servir para potenciar la razón por la cual Diego y Exequiel salieron a marchar: la transformación de la educación chilena en una herramienta para el progreso cultural integral, en donde el amor fraterno entre los ciudadanos sea el pilar fundamental para construir una sociedad solidaria y madura. También es importante mencionar que la animadversión de una parte de la población hacia quienes se manifiestan responde a la criminalización que se hace de la protesta social, fomentada por medios de comunicación y sectores que se oponen a las reformas estructurales.
Todos y todas somos responsables de la situación en que se encuentra nuestra sociedad, por lo que no podemos dejar pasar un acto de esta naturaleza como un mero acto delictivo sino que debe ser analizado con profundidad y debe rechazarse cualquier intento de justificar el asesinato como respuesta a una falta menor. La responsabilidad del colectivo está en no dejarse abusar y reivindicar derechos mínimos, como el de la educación, mientras que las autoridades deben hacerse responsables de lo que tienen en sus manos, que son las herramientas fundamentales para producir un punto de inflexión y una transformación profunda de nuestra cultura. Claramente este lamentable hecho debe ser un llamado de atención a nuestras autoridades y clase política para que asuman la urgencia de dotar a la población de una base cultural que fomente el respeto y la solidaridad.
Asociación de Académicos y Académicas
Enrique Molina Garmendia
Universidad de Concepción
Versión para descarga: http://pablovictoriano.com/academicos/wp-content/uploads/2015/05/Declaracion-por-asesinato-de-estudiantes.pdf