Para los expertos en educación superior, no es una sorpresa que la mayoría de los fondos fiscales destinados a este ítem vaya a instituciones privadas. Esto debido a la forma en que se distribuyen los recursos, que en un 71% son dirigidos a estudiantes mediante becas y créditos. De esta forma, los mayores aportes son a los alumnos que asisten a universidades, centros de formación técnica e institutos profesionales particulares.

En el informe sobre Financiamiento Fiscal a la Educación Superior, elaborado por la División de Análisis Contable de la Contraloría General de la República, se muestra que en 2014 el Estado destinó más de US$ 2.300 millones a la educación terciaria, esto es M$ 1.395.184.984. Este monto representa un incremento de 12,6% con respecto a lo invertido en 2013 (M$ 1.238.996.037).

El 71,7% de los aportes del Estado van a los estudiantes, M$ 1.000.994.905; y un 28,3% a las instituciones (M$ 394.190.079). Y del total de los fondos entregados por el Fisco a educación superior, el 67% es para planteles privados y sólo el 32,7% a las universidades estatales.

La diferencia está marcada por los montos que cada grupo recibe por concepto de becas y créditos. Así mientras los estudiantes de las 35 planteles privadas reciben M$ 312.473.374, las nueve privadas del Consejo de Rectores (Cruch) alcanzan M$ 211.104.564 y las 16 estatales reciben M$ 240.510.079. (extraído de La Tercera)