“Experiencias de Democratización en Universidades Chilenas”, así se llama el foro a realizarse el día viernes 24 de abril, al mediodía, en el auditorio de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de nuestra Casa de Estudios.
La actividad contará con la participación del Dr. Claudio Gutiérrez, Senador Universitario de la Universidad de Chile, la Dra. Marcela Prado, Representante Académica de la Mesa de Triestamentalidad de la Universidad de Playa Ancha, y el Dr. Carlos Saavedra, Director Científico de CEFOP y Coordinador de UdeC100. El encuentro será moderado por el Dr. Marcelo González, presidente de la Asociación de Académicos y Académicas Enrique Molina Garmendia.
A continuación los dejamos con la reflexión del Dr. Carlos Saavedra Rubilar:
Universidad de Concepción, una mirada desde UdeC100
“Actualmente, en la Corporación Universidad de Concepción, existe un alto grado de concentración del poder en el cargo de Rector, si se considera que dirige tres de los órganos centrales de la Corporación, a saber, Directorio, Junta General de Socios y Consejo Académico. Esta práctica institucionalizada conlleva una escasa participación efectiva de académicas/os y de estudiantes, y una nula participación de los trabajadores no-académicos.
Se observa, además, un bajo nivel de información respecto de procedimientos y estructura organizacional de la Corporación, y las condiciones para que la Junta de Socios y el Directorio puedan, efectivamente, ejercer el debido control por medio de oposición de funciones son mínimas. Frente a esta constatación, hemos planteado como objetivos centrales avanzar, simultáneamente, en la generación de las condiciones para una mayor democracia y participación en la estructura organizacional universitaria y en mejorar la eficiencia y la eficacia de las estructuras administrativas universitarias.
Para avanzar en los aspectos anteriores, hemos sugerido crear condiciones reales que fomenten la participación de los integrantes de la comunidad universitaria. Para esto en primer lugar, se propone crear un Claustro Universitario de carácter resolutivo y con participación de todos los integrantes de la comunidad, a través de representantes democráticamente electos.
Este Claustro debe orientarse, fundamentalmente, hacia los aspectos legislativos y mostrar capacidad de fiscalización en materias de gestión y política universitarias. Esta instancia debe ser dirigida por un Presidente elegido de entre sus miembros sin que este coincida con el Rector; se propone también que nombre de entre sus miembros a un Director de la Corporación.
Entre las funciones centrales para este Claustro, se destacan: elaborar en conjunto con el Consejo Académico, del plan de desarrollo estratégico de la Universidad; elaborar las políticas de desarrollo de la Universidad; aprobar el presupuesto de la Universidad; conocer la memoria y el balance anual de la Corporación; conocer las decisiones adoptadas por el Directorio con respecto al patrimonio de la Corporación; proponer políticas de remuneraciones del personal de la Universidad; proponer reformas de los Estatutos de la Corporación.
En cuanto a la Junta General de Socios, se propone modificar su composición actual, incorporando la participación de organizaciones de la comunidad y ex estudiantes de la Universidad de Concepción. Además, se plantea la necesidad de establecer la figura de un Presidente que sea distinto del Rector y que, a su vez, presida el Directorio de la Corporación. Esta Junta debe tener la capacidad de cuestionar las decisiones del Directorio y de revocar la calidad de Director en los casos que lo ameriten. Se propone también modificar la composición del Directorio, incorporando 5 representantes académicos y 5 no académicos.
Por lo demás, desde el año 1997, han sido diversas las iniciativas orientadas a crear un Claustro Universitario que, entre otras tareas, busque la modificación de los Estatutos de la Corporación; sin embargo, las escasas resoluciones y acuerdos en este sentido no han sido implementados, y la Universidad y la Corporación continúan con estructuras que no fomentan la participación de los integrantes de la comunidad universitaria en su accionar.
En este contexto, UdeC100 es una entidad que reúne a académicas y académicos de la Universidad de Concepción, cuya discusión, elaboración y acción se orienta a construir en forma colectiva las transformaciones requeridas para enfrentar los nuevos desafíos universitarios que la sociedad chilena, en general, y la comunidad penquista, en particular, demandan a nuestra institución. En el quehacer global de la Universidad y la Corporación, los pilares fundamentales que sostienen nuestra visión son la búsqueda constante de la participación y la práctica permanente de la democracia, reguladas por principios de transparencia y probidad, propios de instituciones académicas modernas.”
A su vez, el Dr. Claudio Gutiérrez, Senador Universitario de la Universidad de Chile, hace la siguiente reflexión:
“Universidad, gobierno universitario y participación
I. Gestión y participación en la universidad
Hay un largo y antiguo debate sobre la participación de los diferentes estamentos en la dirección de los asuntos universitarios, que arranca desde la crítica al autoritarismo del antiguo catederático (especie no extinta) y de la noción de rígidos roles en el mundo del intelecto, hasta las discusiones de las últimas décadas sobre institucionalidad, dominadas por la tensión entre quienes conciben la universidad como empresa versus quienes la entienden como comunidad.
Crecientemente, se reconoce que la participación de todos los estamentos es algo que enriquece la dirección de la universidad. Así lo han entendido diversas universidades mundialmente reconocidas, como Columbia, Maryland, Rutgers, Bologna, Edimburgo, Sao Paulo y muchas otras que poseen activos senados.
Lo que se discute hoy no es tanto la participación, sino la forma que toma ésta. En particular, en qué medida y cómo se debieran extender estas prácticas participativas a diferentes organismos, y cómo se entrelazan con la gestión de la universidad en sus diferentes niveles. Por de pronto esa es una discusión abierta hoy, y nadie, que yo sepa, tiene conclusiones definitivas sobre este tema.
Es el clásico debate -usualmente acalorado- sobre cómo balancear las prácticas de gestión técnica y sus acompañamientos de expertos, jerarquías, centralización y métricas de eficiencia, con las políticas de interés público, socialización de conocimiento, y sus lógicas de participación, democracia y redes de iguales. La universidad tiene de ambas y estas últimas décadas ha estado sesgada hacia las primeras. En este sentido se hace muy relevante incorporar las segundas.
II. El caso de la Universidad de Chile
La Universidad de Chile, en su estatuto de 2006, estructura su gobierno superior en tres instancias: el consejo universitario, el senado universitario, y el consejo de evaluación. Si uno quisiera asimilarlos con la organización estatal, el rector y el CU sería el ejecutivo, el Senado el legislativo, y el CE cumple un rol de superintendencia de evaluación. El Senado es el órgano colegiado encargado de establecer las políticas y estrategias de desarrollo institucional, así como los objetivos y metas que conduzcan al cumplimiento de aquellas. Está compuesto por 27 académicos, 7 estudiantes y 2 representantes de los funcionarios, que se renueva cada 4 años (2 para los estudiantes).
Este ordenamiento es una solución particular, producto de las condiciones de la época y el contexto en que se gestó. El tiempo mostraría ventajas y debilidades. Por un lado, el Senado es un espacio que representa a la comunidad, transversal, disciplinaria, institucional y estamentariamente.
Hoy es probablemente el único espacio donde se discuten los temas universitarios transversalmente y sin conflictos de interés. Por otro lado, el CU replica los intereses de feudo que han caracterizado a las facultades. Esto es más grave hoy debido a que el financiamiento ha recaído en gran medida en los recursos que cada facultad pueda conseguir por sí misma, lo que ha producido fuertes desbalances, competencias y desigualdades entre las diferentes unidades.
Lo anterior ha generado diferentes visiones y roces entre el Senado y el CU. Hoy se discute la mejora de las estructuras planteadas en 2006.”
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Esperamos contar con la participación de la comunidad académica, universitaria y penquista.