A casi 30 años de la ratificación de la Convención Internacional de los Derechos del Niño por parte del Estado de Chile, los niños, niñas y adolescentes de nuestro país siguen esperando por una vida de goce pleno y ejercicio de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales; bajo los principios de no discriminación, interés superior, derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, el derecho a ser oído y a su autonomía progresiva.
En efecto, la cultura de derechos humanos en Chile ha sido históricamente feble, invisibilizada y, fundamentalmente, resistida por quienes han sido formados en contextos autoritarios o han vivido rodeados de privilegios; los privilegios de la riqueza, del poder, del patriarcado, del adultocentrismo, entre otras tantas ventajas sociales. Una sociedad sin respeto a los derechos humanos de todos y todas, será siempre una sociedad abandonadora de su Niños, Niñas y Adolescentes.
Y Chile tiene una deuda con ellos y ellas. Deuda que es histórica y contingente.
Los datos de pobreza, de maltrato infantil, de abuso sexual infantil, de internación en centros residenciales y penales adolescentes, las desigualdades educacionales, territoriales, de género o aquellas asociadas a la pertenencia a pueblos originarios y a comunidades extranjeras, hablan de la deuda histórica.
Las cifras de niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de abusos y violaciones a los derechos humanos, relacionados con el control del orden y la seguridad pública en las últimas semanas de movilizaciones sociales en todo el país, son parte de la deuda contingente de la sociedad chilena con su infancia.
Exigimos a las autoridades estatales competentes, investigación, verdad, justicia y reparación para todas las víctimas, especialmente con los niños, niñas y adolescentes respecto de los cuales el Estado está obligado a una debida diligencia reforzada, protección especial y no revictimización.
La querella social por más igualdad, justicia y dignidad de estos días en Chile, es también la tarea inconclusa de la sociedad chilena con los niños, niñas y adolescentes y esperamos que en la nueva senda constituyente y social que se avizora, ellos y ellas puedan también caminar y construir.
Como personas ciudadanas, profesionales y universitarias, reafirmamos nuestra convicción y reforzamos nuestro compromiso con la formación y consolidación de una cultura de derechos para la infancia en Chile, poniendo nuestra misión docente, de investigación y vinculación con el medio, al servicio de una sociedad que los reconozca y proteja integralmente.
Firman: Integrantes del Programa Interdisciplinario sobre Protección Integral de la Infancia y Adolescencia (PIIA)– UdeC
Prof. Cecilia Pérez Díaz. Facultad de Ciencias Sociales. Dpto. Trabajo Social Prof. Ximena Gauche Marchetti. Facultad Ciencias Jurídicas y Sociales. Dpto. Derecho Publico Prof. Ruth Pérez Villegas. Facultad de Medicina. Dpto. Obstetricia y Puericultura Prof. Jaime Parra Villarroel. Facultad de Medicina. Dpto. Obstetricia y Puericultura Prof. Ximena Ibacache Suárez. Facultad de Medicina. Dpto. Salud Pública Prof. Gladys Valdés Rioseco. Facultad de Educación. Dpto. Ciencias de la Educación Prof. Rafael Quezada Acuña. Facultad de Medicina. Dpto. Kinesiología
Barrio Universitario de Concepción, 20 noviembre 2019.