Por Cecilia Ananías Soto
Desde junio, que la Asociación de Académicos y Académicas EMG se encuentra articulándose con distintas organizaciones que luchan y trabajan por los Derechos Humanos en la zona. La primera instancia fue en un conversatorio que se realizó de forma online el 30 de junio. Mientras que ahora se prepara una nueva actividad conjunta con miras hacia septiembre: el seminario internacional “Sentido y Lugar de los Derechos Humanos en la Nueva Constitución de Chile”.
¿Por qué ahora? ¿Y por qué es tan importante articularse a nivel territorial en torno a este tema? Conversamos con Ester Araneda Gallardo, de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Concepción; con Julio Pradenas de Creación Ciudadana; y con Abelardo Castro Hidalgo, quien es parte de la Comisión de DDHH de nuestra asociación. Esto nos contaron.
Para que nunca más
Ester Araneda Gallardo es una conocida activista de Concepción: ya suma más de 45 años buscando a su compañero, Alfonso Araya Castillo, quien fue detenido y desaparecido en la Dictadura. Fundadora de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Concepción, relata que fueron las mujeres de esta zona las primeras en salir a la calle a exigir verdad, justicia y reparación: “No recuerdo si fue el año 82 o el 83, que salimos con nuestras pancartas pidiendo saber de nuestros familiares. Queríamos que se supiera que en Chile se violaban los Derechos Humanos y que había presos políticos y torturados. Muchas veces fuimos detenidas por buscar información de nuestros seres queridos”.

Represión a manifestación de la Agrupación de Familiares de DD.DD., previo 2 días antes del plebiscito| Fotografía de María Eliana Vega, tomada en 1988
Me cuenta que, además de salir a protestar y activar por justicia, como agrupación constantemente acuden a todos los espacios donde les llamen, para compartir su historia: universidades, liceos, sindicatos, juntas de vecinos: “A mucha gente aún le cuesta saber o entender lo que pasó tantos años y muchos y muchas no vivieron una Dictadura. Nosotros y nosotras somos la voz de nuestros familiares. Yo siempre que voy [a estos espacios] decía el ‘nunca más’. Nunca más detenidos desaparecidos, nunca más torturados, nunca más presos políticos, nunca más relegados. Porque yo no quiero que nadie pase por lo que nosotros tuvimos que sufrir con la detención y desaparición de nuestros familiares. Cuando desaparece una persona de la noche a la mañana, que la sacaron de su trabajo, casa o de la calle, es muy difícil seguir viviendo tranquilamente”, continúa.
Por décadas han luchado y rememorado, porque saben cuán frágil es la memoria, lo fácil que se pueden repetir los mismos errores. Y la violencia con que fueron tratados y tratadas activistas durante el Estallido Social del 2019, da cuenta de esto: “Como agrupación no ha sido fácil enfrentarnos a esta violencia policial y del Estado durante la Revuelta Popular. Nos sorprendió cómo el Estado y este gobierno en específico nos ha tratado”, agrega.
Ellos y ellas participaron en cada una de las marchas desde el 18 de octubre, “con nuestras compañeras, la mayoría de la tercera edad, nos caminábamos más o menos 50 cuadras con nuestro lienzo que dice ‘dónde están nuestros familiares detenidos desaparecidos´y ´no a la impunidad´. Y siempre con nuestra foto en el pecho, que nunca la hemos sacado”, cuenta.

Mujeres parte de la agrupación marchando en el Día de la Mujer Trabajadora (8 de marzo) de 2019
Incluso, recuerda una ocasión en que llegaron a una marcha y unos jóvenes les dijeron “compañera, qué bueno que vienen a acompañar, porque ustedes sí que son de la primera línea”. Y me agrega: “A mí eso me llegó”. Para ella, quienes iniciaron las manifestaciones, los y las estudiantes “son jóvenes muy valientes, que se atrevieron y quisieron despertar a este país. Fue un despertar a tiempo, en el que está toda la gente que quiere un país mejor, una democracia y vivir en paz, que haya una salud, una educación mejor de la que está ahora”, declara.
La pandemia les significó continuar trabajando y luchando, pero con resguardos. Desde antes manejaban distintas plataformas tecnológicas, que les han permitido mantener su lucha y estar en contacto de forma segura. Ahora, se preparan para varias fechas importantes de conmemorar y de no dejar caer en el olvido.
La Revuelta Popular como catalizador
Definitivamente, octubre del 2019 es una fecha que marcó a muchísimas organizaciones y habitantes del país, y también propició la generación de nuevas redes, como fue el caso de Creación Ciudadana, la cual es “una organización de vecinos laicos y librepensadores del Gran Concepción”, como describe Julio Pradenas Rivas, quien es docente y su presidente.
Relata que no quisieron estar ausentes ante los desafíos generados por este evento histórico, “el cual visibilizó graves injusticias sufridas por la sociedad chilena durante décadas. Ante ello, nos declaramos una plataforma de opinión pública que abre espacios de reflexión con altos estándares y principios ético humanistas”, explica.

Reunión de la agrupación a finales del 2019.
Su organización tiene un slogan muy claro, que define también su misión: “Informar para educar y formar”. Para ellos, callar no es una opción. “Por años hemos sufrido la profunda violencia que genera la pobreza y la desigualdad, causas estructurales de la mayor y más constante violación a los Derechos. Así, el Chile del 2019 pasará a la historia como el momento en que la sociedad unida se levantó en torno a una bandera, la búsqueda de una vida digna para todos y todas, donde, como sujetos de derecho, nos reconozcamos como pares desde el afecto y la fraternidad, para solo así construir una sociedad mejor”, afirma.
Aunque Pradenas preside esta organización, afirma que tiene una estructura horizontal y que han organizado talleres, cabildos, mesas territoriales y también han participado en marchas y apoyando ollas comunes.
Otra organización que surgió en medio del Estallido, fue la comisión de Derechos Humanos de la Asociación EMG. Abelardo Castro Hidalgo es profesor titular de la UdeC y parte de ella. A él no le pareció tan “sorpresivo” lo ocurrido en 2019:
“Quienes trabajamos en Derechos Humanos sabíamos que algo estaba ocurriendo al interior de las familias chilenas. Desde el 2011, las movilizaciones se mantenían y eran más violentas. Esto último era inusual, pero daba cuenta que había una rabia de fondo, una indignación de base. Al mismo tiempo, se percibía que las autoridades de distinto orden y nivel condenaban esa violencia, como hemos visto que se tratan protestas como las tomas. Recuerdo un caso, en el que se le puso rejas a una biblioteca, como una suerte de castigo colectivo porque supuestamente en esa biblioteca se fraguaba la violencia impulsada desde el exterior. Fue peor, porque el castigo colectivo es una violación a derechos fundamentales: se castiga a personas sin haber sido escuchadas, lo que aumentaba la presión. Y esto estaba ocurriendo en distintas partes del país”, reflexiona el docente.

La Asociación en una de las tantas marchas realizadas en 2019
Este descontento se mantuvo por años y aumentó el 2019, hasta el conocido “estallido”: “las AFPs, la colusión de las farmacias, la corrupción en la política, el abuso de género y de autoridad. Cuando preguntabas a los jóvenes si ese descontento se comentaba en la familia, podían contestarte ‘mis viejos están chatos… nos dan pena, trabajan y trabajan y los estafan por todos lados y a nosotros igual'”, relata. Si había sectores de la sociedad que no lo percibían así, era precisamente por lo segmentado del país.
Cuando se desataron las protestas masivas, espontáneamente, él y varios y varias colegas salieron a las calles, muchas veces con la idea de proteger a manifestantes de atropellos a sus derechos: “Nos encontramos con apaleos innecesarios, detenciones que no se justificaban, provocaciones a la violencia. También los disparos con balas de gomas y encarcelaciones donde las mochilas de jóvenes eran ‘cargadas’ y en los partes se le imputaba tenencia de explosivos o especies robadas. En ese proceso de acción en terreno, nos fuimos encontrando quienes conformamos la comisión de DDHH de la AAAEMG”, relata. Su lucha más conocida fue para sacar a estudiantes de la UdeC de las comisarías y la cárcel, prestándoles apoyo jurídico, aunque no ha sido la única: “Estábamos absolutamente conscientes de que estábamos frente a una rebelión social”, puntualiza.

Protestas en 2019 por la liberación de presxs políticxs. Entre estos, varios y varias estudiantes de la UdeC.
Una nueva Constitución
Hoy, la redacción de una nueva Constitución tiene con mucha esperanza a estos activistas: “Tengo mucha confianza en la Constitución que se va a escribir. Pensamos que nos va a entregar algunas respuestas con el tema de DDHH, de verdad, justicia y reparación. Y también hay que incluir la memoria. Porque la memoria es muy frágil y estos hechos que ocurrieron, no pueden quedar en el olvido”, declara Ester Araneda.
Algo similar opina Julio Pradenas: “Siempre consideramos que es clave construir procesos de formación ciudadana y fomento a la cultura democrática de analizar, abrir la conversación a todos los sectores de la sociedad, para que nadie se quede fuera de esta fundamental deliberación“, declara el profesor.
Además, cree que es vital organizarse en torno al próximo seminario internacional de DDHH: “Una Memoria colectiva mantiene viva la esperanza de encontrar los restos de tantas y tan valiosas vidas de padres, madres, hijos de este país. Siempre estaremos pensando en que esta es la ocasión. Por cuanto la indiferencia es condición primera y necesaria para la faena del abusador”, puntualiza.
Para Abelardo Castro, es un proceso importante, pero también un fenómeno complejo: “No solo se lidiará contra intereses económicos y los llamados poderes facticos, como lo describe el General Carlos Prat en sus memorias, que usarán todo su poder mancomunado para proteger sus intereses económicos que los ven como naturalmente adquiridos; además, como país debemos asumir una ruptura cultural atávica y que viene desde la colonia, la cual básicamente considera normal y legítimo lo que se adquiere por distinta formas de violencia, ya sea física o simbólica”, reflexiona.
Para él, los cimientos de una sociedad, están en su Constitución. Infaltable es para él que los habitantes se puedan expresar como iguales en derecho y dignidad, que puedan ejercer control de sus electos y que puedan participar permanentemente en temas de Estado.
Estos temas y muchos más esperan rememorar, reflexionar y discutir en el próximo seminario internacional “Sentido y Lugar de los Derechos Humanos en la Nueva Constitución de Chile”.